TROQUEMOS...
Escribí mil poemas..., están parapetados
en el atroz muro del infalible recuerdo
en el resquicio de la mesa, casi hacinados,
se apelotona mi sentimiento menos cuerdo.
Asonancias ecuánimes, perfecto rimero
se asoman al acantilado de la gran duda
mi marcial cerebro, excéntrico, actúa primero
mientras, mi adepto corazón, poesía exuda.
¿Saldrán a la luz de la incongruente sociedad?
O por el contrario, ellos quedarán a merced
de tribulaciones de egoísta soledad.
Sus mercedes decretan, cual jueces, absorbed
la empatía que el planeta encubre, más gritad
lo afable o gentil, troquemos todo, empiece usted.
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