EL ROMANCE DE ANADÓN
GANADOR - VIII JUSTA POETICA -2016 - LOSCOS (TERUEL)
Escúchenme
con muy gran atención
todos,
lugareños y peregrinos
la
historia del Venerable Anadón.
Nacido
en familia humilde, losquinos
siendo
el hijo tercero de ocho hermanos
buenos
cristianos, de cantos y trinos.
Viven
de la cosecha de sus manos
huérfana
niñez, son honrada gente
pastoreando
en terrenos cercanos.
Y el
joven que era despierto de mente
a los
veinte años marchose a Daroca
para
que su sabiduría aumente.
Signos
de vocación mística evoca
viajando
a Valencia, ingresa en convento
como
dominico su vida enfoca.
Clemente,
orador, disciplina, atento
protector,
prudente, muy bondadoso
limosnero,
a los pobres da sustento.
Cuarenta
años fue portero piadoso
pobreza,
sencillez y caridad
doctrina
cristiana, voluntarioso.
Tormentosa
penitencia, humildad
su
vida por la costumbre, marcaba
devoto
a los santos, la trinidad.
Mas
cuentan que la pobreza vagaba
sin
poderse llevar nada al gaznate
con el
portero Anadón se encontraba.
Vengo
a suplicar, el hambre me abate
me
dijeron que un fraile dominico
se
apiada, cuida y acude al rescate.
A
cualquier alimento no replico,
una
limosna por lo más sagrado
alguna
vianda yo a vos os suplico.
Le reclama
este pobre desgraciado
la
necesidad se instaló en mis huesos
llevándola
por carga en mi costado.
Le
contestó Anadón sin más recesos:
No veo
que haga gran mal el que ayuna
ni mi deber
es poneros obesos.
Mas no
he de juzgar su insufrible hambruna
y como hay Dios, que lo hay, si vos me implora
daré
parte de mi plato, o todo una.
Saciaré
su insatisfacción de ahora
es mi
trabajo, por obra divina.
aliviando
todo el mal, sin demora.
Se
ausentó el pobre con el pan de harina
perplejo,
el fraile pudiendo comer
se lo daba
al pobre que se avecina.
Sin cuestión,
distinción, sin conocer.
Volvió
otro día a pedir el hambriento
y a nuestro
piadoso no pudo ver.
Rogó
al que limosna daba ante ciento
¿Donde
está el santo, clérigo, piadoso?
al
momento contestó un frío viento.
El
religioso era especial, glorioso
pues
ayer me atendió con gran lindeza
no
falló a pobre, mendigo o quejoso.
De piedad
era todo él, grandeza...
empezó
a sonar fuerte la campana
anunciando
la pérdida y dureza.
El hecho
ocurrido aquella mañana
Anadón
moría, su cuerpo inerte
Valencia
llora la desgracia ufana.
Público
fiel, si el relato que en suerte
les
tocó escuchar y tal vez gustara
tengan
a bien dar un aplauso fuerte.
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